la pereza como acto revolucionario
Por fin, despúes de mucho tiempo, alguien se atreve a reivindicar de nuevo la flojera como un condimento positivo y necesario de nuestras vidas, como un acto consciente y razonado que nos ayuda a sobrellevar la rutina cotidiana, en este caso del trabajo. En el siglo XIX ya lo hizo Paul Lafargue con su Nuestro derecho a la pereza y ahora Corinne Maire, en Buenos días, pereza, hace una apología del trabajador vago y nos lo muestra como un ejemplo para combatir a las grandes empresas.
Pero no se contenta con la mera alabanza, sino que nos da una serie de estrategias para sobrevivir en el trabajo. En el primer capítulo nos dice: Este libro os ayudará a utilizar en vuestro provecho la empresa que os emplea, a diferencia de lo ocurría hasta ahora, que era ella la que se aprovechaba de vosotros. Os explicará por qué trabajar lo menos posible redunda en vuestro interés y cómo se puede minar el sistema desde el interior sin que se note.
Según Maire la única meta de los trabajadores es cobrar a fin de mes, ya no se sienten identificados con su trabajo debido a su organización absurda, que ha vaciado de contenido su concepción y ha cavado con ello su propia tumba. Al trabajador asalariado sólo le queda "convertirse en un discreto inútil, que no quiere cargos de responsabilidad y que reconoce a los suyos (por detalles en la ropa, por cierto sentido del humor) entre los otros empleados".
El libro lo ha triunfado en Francia y a la Maire no tardarán en echarla de su curro en la Électricité de France, por floja seguramente, jeje. Yo creo que ese libro no expresa más que un hecho que se da hoy día, dándole unas bases argumentales que hacen consistente esa actitud en el orden de lo razonable. Por ello, le dedico este post a mis colegas clin e incongruente, que siempre desaprobaron mi teoría de la flojera como acto subversivo. Ahora tengo más argumentos a mi favor...jeje. Va por ustedes!
La información de este post está sacada de un artículo de Elsa Fernández Santos, publicado en El País, el 23 de noviembre de este año.
Pero no se contenta con la mera alabanza, sino que nos da una serie de estrategias para sobrevivir en el trabajo. En el primer capítulo nos dice: Este libro os ayudará a utilizar en vuestro provecho la empresa que os emplea, a diferencia de lo ocurría hasta ahora, que era ella la que se aprovechaba de vosotros. Os explicará por qué trabajar lo menos posible redunda en vuestro interés y cómo se puede minar el sistema desde el interior sin que se note.
Según Maire la única meta de los trabajadores es cobrar a fin de mes, ya no se sienten identificados con su trabajo debido a su organización absurda, que ha vaciado de contenido su concepción y ha cavado con ello su propia tumba. Al trabajador asalariado sólo le queda "convertirse en un discreto inútil, que no quiere cargos de responsabilidad y que reconoce a los suyos (por detalles en la ropa, por cierto sentido del humor) entre los otros empleados".
El libro lo ha triunfado en Francia y a la Maire no tardarán en echarla de su curro en la Électricité de France, por floja seguramente, jeje. Yo creo que ese libro no expresa más que un hecho que se da hoy día, dándole unas bases argumentales que hacen consistente esa actitud en el orden de lo razonable. Por ello, le dedico este post a mis colegas clin e incongruente, que siempre desaprobaron mi teoría de la flojera como acto subversivo. Ahora tengo más argumentos a mi favor...jeje. Va por ustedes!
La información de este post está sacada de un artículo de Elsa Fernández Santos, publicado en El País, el 23 de noviembre de este año.
14 comentarios
alhua -
glo -
_Mary_ -
¡¡Feliz Navidad y venturoso 2005!!
Desde México, hasta España, lo mejor de lo mejor en estas fiestas decembrinas.
kartoffel -
Siento no haber aparecido en los últimos días por estos espacios nuestros. Es que mi viejo ordenata sufre de achaques y ha habido que tenerlo en cuarentena...
En fin, MARY y GLO, una alegría veros por aquí...
ESS, con respecto a lo de la quedada soy un poco escéptico... Me he enterado de que han invitado a GLO, pero a mí nadie me invitó; espero que no sea por el comentario que hize sobre este tema en el blog nolito... jeje, Un abrazo
ARETUSA, hazme un favor, cuando te lo leas, dime si merece la pena de verdad. El que si te puedo decir que merece la pena es el de Paul Lafargue, "Nuestro derecho a la pereza", y se lee en menos de una hora...
Y, por último, CLIN, qué te vi a desi a ti cabessa!! Qué faltaría más que cambiarás tú postura, vamos!! Ya sé cual es tú postura copón!! Pero ten en cuenta que yo no me refiero a ese tipo de flojera que putea al de al lao; eso me parece mero egoísmo, yo me refiero a la que daña al ente empresarial y va en beneficio de los trabajadores. De todas maneras, recibe un fuerte aplauso
clin -
aretusa -
Ess -
Oye se dice y comenta que habrá en Sevilla una quedada bloguera, no sé si tú sabes algo.
glo -
q pereza leer...
yo si q llevo la revolución a sus extremos ;)
_Mary_ -
Hace ya varuios días sin venir a tu espacio, leo que vienes poco, pero bueno, cuando vienes esto se pone bueno.
Me parece excelente post y sobre todo los comentarios que hacen... el título y contenido dan para ello... aprendo, aprendo...
Saludos desde México.
kartoffel -
lagartina -
evam -
kartoffel -
Apoyo las iniciativas que propones y las veo como actos muy valiosos, pero eso no desmiente lo expuesto. Tus críticas son muy válidas para aquellos que tienen algo de pasta, pero el que no tiene pasta tiene que comer también, y por eso opta por meterse en una empresa. Asimismo, al que no tiene iniciativa, ni pasta, le cuesta montar una empresa. Por eso los consejos de Corinne Maire son muy válidos para aquellos que, por las circunsatancias que sean, han optado o debido optar por unirse a una gran empresa.
Los consejos de Maire son para las mayorías, tus propuestas son para las élites. Tus propuestas son ilustradas, las de Maire son subversivas. Porque tú piensas en gente inteligente, con iniciativa, con educación y con pasta, mientras que Maire y yo mísmo pensamos en todo tipo de gente. Dime, pues, quién se dirige a las élites...
Al tipo de persona en que tú piensas no le hacen falta los consejos de Maire, porque tiene las capacidades o los medios para desmarcarse de las políticas que no le gustan, mientras que al que no las tiene sólo le quedan la reivindicación y las revolución cotidiana.
Analiza si no, la cultura que tú defiendes y piensa a quién va dirigida. Analiza la que yo defiendo y piensa en que tipo de personas pienso cuando la sostengo. No creo que sean dos tipos contradictorios de cultura, tampoco iguales, pero sí complementarios, aunque diferentes, eso sí.
p.s.: no me mola el punto sofismático que están tomando tus discursos últimamente...
incongruente -
no es que esté yo en contra de la pereza, pero digamos que veo otros "actos revolucionarios" más apropiados, no sé, no trabajar para una empresa, sino crear una tú mismo y diferenciarla de aquellas que se aprovechan de los trabajadores...o...trabajar para el bien común o incluso para el beneficio propio...
es que como todos seamos perezosos esto se acaba, y si solo algunos podeis ser perezosos entonces os convertis en una élite y crear una clase de status superior no es muy revolucionario que digamos...
debería irme a comer, pero me da pereza hacerme de comer
salu2,
incongruente