fábula del vendedor y el alce
Había una vez un vendedor que era conocido por su capacidad para venderle cualquier cosa a cualquiera. Una vez le vendió un cepillo de dientes a un dentista, otra un pan a un panadero, y otra vez le endosó una caja de manzanas a un frutero. Entonces, un día le dijeron sus amigos, "eres un buen vendedor, pero no serás un verdadero crack de los negocios hasta que no seas capaz de venderle a un alce una máscara de gas". Entonces se fue el vendedor hacia el norte y recorrió largos caminos hasta llegar a un bosque en el que sólo vivían alces. "Buenos días", le dijo al primer alce que se encontró, "creo que usted necesita una máscara de gas", a lo que el alce respondió, ¿Para qué voy a necesitar yo una máscara de gas con lo limpio que está el aire por aquí?"; "Todo el mundo tiene hoy día una máscara de gas", continuó el vendedor. "Lo siento, insistió el alce, pero yo no la necesito". "Ya verá como necesita una".
Poco tiempo despúes comenzó el vendedor a construir una fábrica en medio del bosque en el que sólo vivían alces. "¿Te has vuelto loco?", le avisaron sus amigos. "No, sólo quiero venderle al alce una máscara de gas".
Cuando la fábrica estuvo terminada empezaron a emerger tantos gases tóxicos por sus chimeneas que el alce fue a ver al vendedor y le dijo, "Ahora sí que necesito una máscara de gas". "Eso mismo pensé yo", dijo el vendedor, y al tiempo que le vendía presuroso la máscara de gas soltó graciosillo, "¡Calidad garantizada!, "Los otros alces, dijo el alce, también necesitan ahora máscaras de gas, ¿tienes más? (los alces no conocían la forma de cortesía "usted"). "Habéis tenido suerte, dijo el vendedor, tengo muchas más". Y antes de irse le dijo el alce al vendedor, "por cierto ¿qué se fabrica en tu fábrica?". "Máscaras de gas", respondió el vendedor.
Franz Hohler
Poco tiempo despúes comenzó el vendedor a construir una fábrica en medio del bosque en el que sólo vivían alces. "¿Te has vuelto loco?", le avisaron sus amigos. "No, sólo quiero venderle al alce una máscara de gas".
Cuando la fábrica estuvo terminada empezaron a emerger tantos gases tóxicos por sus chimeneas que el alce fue a ver al vendedor y le dijo, "Ahora sí que necesito una máscara de gas". "Eso mismo pensé yo", dijo el vendedor, y al tiempo que le vendía presuroso la máscara de gas soltó graciosillo, "¡Calidad garantizada!, "Los otros alces, dijo el alce, también necesitan ahora máscaras de gas, ¿tienes más? (los alces no conocían la forma de cortesía "usted"). "Habéis tenido suerte, dijo el vendedor, tengo muchas más". Y antes de irse le dijo el alce al vendedor, "por cierto ¿qué se fabrica en tu fábrica?". "Máscaras de gas", respondió el vendedor.
Franz Hohler
8 comentarios
clin -
Aquel suceso tan simple nos ha llevado a la conclusión de q estas cosas bien requieren un exhaustivo análisis así q espero, q en el caso de q nos deleites con dicho post, tengas la exquisitez de tratar el tema como se merece. Vamo q quiero decir q escribirlo pa na es tontería...te tiene q sali de la pelleja cabessa...gracias por abrigar mmi cuello.1cordial saludo y un fuerte aplauso
clin -
kartoffel -
Por cierto, algún espero narrar la fábula-metáfora surreal del paquete de tabaco en la escalera...
evam -
Ess -
kartoffel -
alhua -
evam -